Compras y ventas son dos de los departamentos más importantes de una empresa. Compras se encarga de adquirir nuevos productos y materiales, mientras que ventas ayuda a determinar la demanda de esos productos.
Si una empresa no tiene dinero suficiente para comprar los artículos que necesita, es posible que no pueda venderlos tan bien o nada en absoluto.
La gestión de compras y ventas va mucho más allá de la adquisición y comercialización de productos. Se trata de asegurarse de que tu empresa obtenga lo que necesita en el momento adecuado y en las cantidades correctas, al tiempo que controla la cantidad que tiene de cada artículo.
El flujo de ventas y compras es un componente esencial y es la clave del éxito de cualquier negocio, ya que, sin él, las empresas lucharían por mantenerse a flote.
Cuando las ventas son bajas, lo primero que hay que mirar son las prácticas de gestión de compras y ventas. Si no has establecido un sistema sólido para gestionar tu proceso de ventas, tendrás problemas para generar ingresos.
La gestión es, en realidad, una cuestión de vigilar todas las piezas móviles y asegurarse de que todas ellas funcionan a la perfección. Sin embargo, además de asegurarte de que dispones de todas las herramientas adecuadas para gestionar pedidos y pagos, hay otras medidas que puedes tomar en lo que respecta a la gestión de compras y ventas:
1. Conoce a tus clientes: ¿Quiénes son tus clientes? ¿Qué necesitan? ¿Con qué frecuencia lo necesitan? ¿Qué les gusta o disgusta del producto? Esta información te ayudará a determinar qué productos ofrecerles y qué cantidad de cada artículo debes tener disponible en cada momento.
2. Conoce tus niveles de inventario: ¿Sabes exactamente cuántos productos tienes almacenados? ¿Cuánto se ha vendido recientemente? Si no es así, empieza a hacer un seguimiento. Seguramente te gustara conocer esta información para que, en caso de que surja algún problema con un pedido o un envío (por ejemplo, si se pierde algo), puedas ajustar rápidamente los niveles de inventario en consecuencia sin perder dinero ni tiempo solucionando problemas más adelante.
3. Mantente siempre al día de las tendencias del sector: si no sabes lo que ocurre en tu sector, ¿cómo puedes competir? Debes estar actualizado.
4. Prepárate para cuando los clientes necesiten de tu ayuda: es importante no sólo que sepan que pueden obtener asistencia de su empresa, sino también que sepan exactamente quién podrá responder a sus preguntas o resolver sus problemas rápidamente. La atención inmediata y personalizada proporciona placer, disfrute y habla de la calidad de la empresa.
5. Asegúrate de que todos los empleados entienden lo que se espera de ellos cuando trabajan con clientes: si no hay un conjunto de directrices establecidas para tratar las preocupaciones o peticiones de los clientes, los empleados no sabrán lo que hay que hacer cuando se enfrenten a estas situaciones.
6. No tengas miedo de preguntar a otras empresas que utilizan: si estas buscando diferentes opciones para un producto o servicio en particular, no está de más ponerte en contacto con otras empresas de su sector y ver si pueden compartir sus experiencias con diferentes proveedores o modelos.
Otra cosa que debería plantearse es crear un único punto de contacto para cada proveedor, de modo que sepan a quién deben dirigirse cuando llegue el momento de pedir artículos a los proveedores, ya se trate de nuevas ideas de productos o de trabajar con los proveedores existentes en cambios de precios u otras cuestiones que puedan surgir durante las operaciones comerciales normales (por ejemplo, retrasos en las entregas). De este modo, todas las personas implicadas en el proceso dispondrán de más información sobre lo que ocurre con sus pedidos, para evitar sorpresas imprevistas más adelante.
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