Si eres directivo, probablemente ya sepas que la forma en que gestionas tu equipo tiene un enorme impacto en su productividad. La clave para dirigir un equipo es motivar a tus empleados. Si quieres ser un buen líder, tienes que asegurarte de que tu equipo se siente apoyado y motivado, lo que los llevará a trabajar más duro para ti. He aquí algunos consejos sobre cómo puede motivar a sus empleados:
1. Sé claro sobre lo que se espera de los empleados.
El primer paso para mejorar tu estilo de gestión es tener claro lo que se espera de los empleados. ¿Tienen que cumplir plazos? ¿Deben realizar una determinada cantidad de trabajo al día? ¿Hay otros requisitos o directrices que deban seguir? Una vez que sepas cuáles son estas expectativas, ¡asegúrate de que todo el mundo las conozca también!
2. Establece objetivos realistas para tus empleados.
Cuando establezcas objetivos para tus empleados, asegúrate de que sean realistas y alcanzables. Esto les ayudará a sentir que realmente pueden conseguir algo si se esfuerzan, lo que contribuye a motivarles y a que se sientan valorados por sus jefes. No querrás que fracasen por intentar hacer demasiadas cosas a la vez, un problema común para los nuevos directivos que aún están aprendiendo a gestionar sus equipos con eficacia y eficiencia. También es importante hacer un seguimiento de los progresos; si un empleado no cumple las expectativas (o si las supera), asegúrate de que sepa por qué para que la próxima vez pueda hacer los ajustes necesarios.
3. Elogia cuando se lo merezcan.
Elogia a tus empleados cuando hagan algo bien o cuando prueben algo nuevo que les salga bien. Esto ayuda a reforzar el comportamiento positivo de los empleados, lo que aumenta su motivación porque les muestra que hay algo para ellos si siguen intentando cosas nuevas.
4. No microgestiones.
Cuando gestionas personas, es fácil que te quedes atrapado en todos los detalles de lo que hacen los demás miembros de tu equipo durante todo el día, pero esto sólo provocará el resentimiento de los empleados, que sentirán que los tratas como niños en lugar de como adultos que saben lo que tienen que hacer sin que se lo digas cada cinco segundos. Suelta un poco de control sobre todo para que tanto ellos como tú estén tranquilos.
5. Construye un equipo que se entienda entre sí.
Un equipo es tan bueno como sus miembros, así que asegúrate de contar con las personas adecuadas en tu equipo. Cuando contrates empleados, intenta encontrar personas que estén interesadas en trabajar juntas y que tengan objetivos y valores similares. Si no puedes encontrar suficientes personas con estos rasgos, considera contratar a alguien que esté dispuesto a aprenderlos.
6. Establece expectativas claras para cada empleado.
Es importante que todos los miembros de tu equipo sepan lo que tienen que hacer y cómo deben hacerlo, así que asegúrate de establecer expectativas claras para cada empleado antes de que empiecen a trabajar contigo. Esto ayudará a mantener a todos en el buen camino y reducirá la confusión sobre las tareas y proyectos a lo largo del día.
7. Ofrece incentivos por alcanzar objetivos.
Los incentivos pueden ayudar a motivar a los empleados para que alcancen sus objetivos más rápido de lo habitual, ya sea una simple palmadita en la espalda o una recompensa como vacaciones extra o una tarjeta de regalo. Incluso puedes ofrecer incentivos basados en la colaboración entre equipos; esto animará a los empleados a trabajar juntos de forma más eficaz y, al mismo tiempo, les ayudará a desarrollar mejores relaciones dentro de sus propios departamentos o divisiones (lo que contribuirá a fomentar la confianza entre compañeros de trabajo).
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